En los últimos años estamos viviendo una pugna, entre las empresas punteras del sector, por hacerse con el control de esta tecnología, incluyéndola en drones, ordenadores, gafas y ahora en las cámaras de los smartphones.
La tecnología 3D llega con fuerza
y para quedarse. El gran impacto que está ocasionando en el mercado y en el
consumidor final con un poder adquisitivo medio-alto, simboliza el deseo actual
por conquistar dicha tecnología.